• Blog
  • Nosotros
  • La aventura
  • Ruta Sudamérica
  • Ruta Oceanía
  • Ruta Asia
  • Galería de fotos
Andrea & Ximo
  • Blog
  • Nosotros
  • La aventura
  • Ruta Sudamérica
  • Ruta Oceanía
  • Ruta Asia
  • Galería de fotos
Home » Asia » Angkor: El esplendor de un tiempo pasado
AsiaCamboya

Angkor: El esplendor de un tiempo pasado

andreayximo 11 octubre, 2016 9 Comments 1914 Views

cymera_20161011_091945
Los templos de Angkor son el principal reclamo turístico de una Camboya en la que el turismo se encuentra aún en vías de expansión. Numerosos visitantes de los vecinos Laos, Tailandia y Vietnam, aprovechan la proximidad del mencionado enclave para descubrir una de las principales maravillas del mundo, considerada la joya del sudeste asiático.

Por todo esto, cuando uno llega a Siem Reap, pueblo base para visitar los templos, lo que se encuentra no es sino un batiburrillo de calles atestadas de turistas de todo el mundo que se pasean entre los innumerables alojamientos, restaurantes y tiendas de “artesanía”, esquivando de forma continuada los incansables ofrecimientos de “¡tuk tuk sir!”. Los menús destacando la “western food” y las insistentes preguntas “you want to eat something, buy something?” (¿quieres comer algo, comprar algo?), aderezan la imagen de parque temático occidentalizado que muestra su máximo exponente en la calle llamada “Pub street”, donde las cervezas de tirador a cincuenta céntimos son el mayor reclamo. Para que el extranjero no eche en falta ese punto exótico que le recuerde que ha salido de su mundo, los puestos de comida callejera ofreciendo tarántula frita, gusanos y embrión de pato se agolpan en las esquinas, siempre con carteles en inglés señalando dos precios: uno por comer y otro por fotografiar…

Instalados en una agradable homestay situada al final de un estrecho y polvoriento callejón sin asfaltar, pronto descubrimos en Siem Reap una vida alejada del gran escaparate para las visitas. Sin embargo nosotros no dejábamos de ser dos turistas ávidos de conocer las maravillas que la zona atesora y nos faltó tiempo para concertar dos visitas guiadas que nos permitieran explorarlas.

cymera_20161011_093433

El primer contacto decidimos hacerlo a lo grande, madrugando para ver uno de esos amaneceres que suelen rehuirnos y ocultarse entre las nubes. Esta vez la suerte que nos había faltado en Borobudur y Pranbanan tuvo a bien acompañarnos y pudimos admirar el sol saliendo detrás de la imponente silueta de Angkor Wat… ¡impresionante! Una lástima que además de la suerte también nos acompañaran centenares de afortunados más, que se agolpaban a orillas del lago para captar con sus cámaras el perfecto efecto espejo que se ve en las postales. Vivido el momento apertura de puertas de El Corte Inglés un primer día de rebajas, la gente fue dispersándose y, después de un revitalizante desayuno, la visita se puso verdaderamente interesante.

Descubrir Angkor es entender el pasado de una Camboya imperial que sobrepasaba notablemente las actuales fronteras: el imperio Jemer. En torno al año 850 , la ciudad de Londres contaba con una población de no más de 20.000 habitantes, por aquel entonces Angkor, la capital del imperio Jemer, estaba habitada por más de 1.000.000 de personas. En una muestra de poder, los sucesivos reyes del imperio se afanaron en construir templos y palacios a cada cual más ostentoso y elaborado. Algunos abrazaban el hinduismo, otros el budismo y en la mayoría ambas religiones convivieron según la época, dejando tras de sí una gran cantidad de ruinas de distintos estilos entre las cuales es imposible no dejar volar la imaginación.

Contrasta tristemente la imagen imperial y suntuosa que uno va construyendo en su mente a partir de las historias del pasado, con la realidad del presente representada en la zona por decenas de niños descalzos empujados por adultos, seguramente necesitados, a rogar al turista que compre cualquier cosa por solo 1$, “One dollar for me please!”.

Después del éxito de la primera visita, con amanecer incluido, y en compañía de otra pareja de españoles, un grupo de jovencitas inglesas y un guía estupendo, el segundo día lo enfrentamos con la energía de quien se levanta más tarde de las 4h00 y con la ilusión de seguir descubriendo el esplendor del imperio Jemer. Fue en el momento de la recogida cuando entendimos que la visita de ese día no sería igual que la del anterior… éramos los últimos en subir a la furgoneta que nos trasladaría y en su interior tan solo estaban el conductor, el guía y un alemán cincuentón de sonrisa amable: iba a ser una excursión muy personalizada.

cymera_20161011_094742

Lo que a priori nos pareció una buena noticia, a lo largo de la mañana fue afianzándose como esperpéntico. El guía, parco en palabras o escaso de inglés, ya en la primera parada se despidió de nosotros a las puertas de una camino señalándonos escuetamente en un mapa la ruta que debíamos seguir, indicándonos el tiempo de que disponíamos, deseándonos suerte y, en un último suspiro, advirtiéndonos del peligro de los escorpiones… El Camino de las Mil Lingas resultó ser un agradable paseo por un denso bosque en el que los trabajos de restauración aún no han comenzado y donde pueden observarse ruinas en el lecho y las orillas de un río salpicado de cascadas.

El camino de vuelta a la furgoneta nos permitió saber algo más de nuestro compañero de excursión: un médico alemán que viajaba solo y que después de unos meses entre Tailandia y Camboya el verano anterior, había vuelto a concluir su proyecto de investigación centrado en entender la naturaleza y el comportamientos de los “ladyboy”, chicas que en realidad se sienten chicos y que, de acuerdo a su hipótesis, abundan en la zona como consecuencia de que a los varones siempre se les muestra más respeto y admiración en las familias, mientras que las niñas crecen con la envidia comiéndolas por dentro, mezclada dolorosamente con el amor que sienten hacia sus hermanos, los causantes de ese mal. Todo esto ellas no lo saben, claro está, pero él sí. Él sabía muy bien de lo que hablaba porque su exnovia era una ladyboy por la que todavía parecía suspirar obsesionado.

En la siguiente parada, en uno de los templos mejor conservados, el guía tuvo a bien acompañarnos. Esta vez comenzó con la explicación pertinente si bien su actitud se observaba notablemente desganada. De pronto, tras una pausa en la que seguimos avanzando, nos confesó con cara compungida que tenia un gran problema familiar y que ese día su cabeza estaba en otra parte. Nos pidió disculpas por ello y ante la cara más triste y desesperada de la historia, Los Peanuts y el alemán aceptaron acortar la visita para que el buen hombre pudiera atender sus asuntos cuanto antes. Ante la generosidad del grupo, el guía cambio de registro con mucha facilidad dibujando una enorme sonrisa en su cara. Sin embargo, en sus explicaciones siguientes, posiblemente ante el miedo de que nos echáramos atras en nuestra concesión, la sonrisa volvió a dejar paso a los pucheros. Lo más sorprendente fue encontrárnoslo en la furgoneta charlando amenamente con el conductor riéndose de lo que parecía una sesión de chistes, ¿realmente tenía un problema o se estaba escaqueando?

cymera_20161011_100036

Durante la siguiente visita, nuestro hombre vistió cara de perrito pachón hasta que decidimos darla por concluida como consecuencia de una repentina lluvia torrencial. Entonces, en el camino de vuelta a la furgoneta volvió a extremar los pucheros al decirnos que necesitaba parar para comer algo ¿En serio? De nuevo en la furgoneta, nos encontramos a nuestro amigo de humor cambiante con una sonrisa de oreja a oreja mientras degustaba su comida y le indicaba al conductor que volvíamos al pueblo: la visita había terminado.

Nuestra última mañana en Siem Reap decidimos pasear tranquilamente por el pueblo, zambulléndonos en la Camboya de hoy. En una jornada intensa descubrimos una ciudad donde los niños van a la escuela, los enfermos acuden al hospital, la gente entra y sale de los bancos, toma cafe a media mañana, vuelve a casa con la compra hecha…una ciudad en la que sus habitantes viven como cualquiera de nosotros, lejos del gran atractivo turístico que tienen al lado.

9 Comments

  1. Bárbara
    11 octubre, 2016 at 8:01 pm

    pero que chuladaaaaa!!!!!!!!!!!! que envidiaaaaaa!!!

  2. Bárbara (protagonista de Sudamérica)
    11 octubre, 2016 at 8:26 pm

    por cierto, os acordais cuando os reñi en Costa Rica por las no publicaciones del blog ?? si , no?? pues lo retiro vamos!! que agotamiento de lectura ahora =)=), gracias por dejar que no tenga tiempos aburridos =)=)!!! nos vemos en breve!! disfrutad!!

  3. Natalia
    11 octubre, 2016 at 8:42 pm

    vaya barbas ximoooo!!!

  4. Teresin
    12 octubre, 2016 at 12:34 am

    Que preciosidad…La foto que encabeza vuestro relato me ha dejado impresionada , ademas de estar muy bien hecha es una pasada de bonita.
    Como me gustan los templos de Camboya verlos de cerca…se me pone la piel de gallina solo con imaginármelo, tiene que ser emocionante.
    El guía , me ha parecido un poco jeta ademas de que tenia poco publico para lucirse.
    Otro montón de besos

  5. José Manuel Garay
    12 octubre, 2016 at 1:06 pm

    Impresionante amanecer. Ahora que me estoy especializando, cuando ya tenga el master, voy a ir ahí para… ¿para qué?… si no voy a mejorar vuestra foto. Podría ir a enseñar cultura española, pero observo por vuestras narraciones que, lo principal, ya lo tienen aprendido y se ve que El Buscón y El lazarillo ya han sido traducidos al «indochino» y sus lectores son aplicados discípulos.
    Y como he comenzado con una foto, voy a terminar con otra que me ha maravillado, aunque no sé si comentarla porque algún empresario de logistica avezado de esta España nuestra igual encuentra aplicación para el transporte aviar… ¡maravilloso!

  6. Bárbara Fernández
    12 octubre, 2016 at 9:47 pm

    Me imagino perfectamente la cara de perrito Pachón de vuestro guía xD Esas caras capaces de reblandecer el corazón de cualquiera…

  7. Irela, Lucas, Victor
    13 octubre, 2016 at 4:35 pm

    IM-PRESIONANTE!! Increíbles las fotos, los templos y el amanecer… y la barba Ximo!! Economia o new look hipster?

  8. Clara
    13 octubre, 2016 at 9:50 pm

    ¡¡¡Qué fotos más bonitas!!!

  9. asal mar
    17 octubre, 2018 at 12:39 pm

    If you need a Reliable House Painting contractor near Baltimore, MD, 21206, do not hesitate to call W Mckenzie Painting and Services at (443) 572-9289. Make the right move by choosing our professionals.
    http://wmckenziepaintingandservices.com/

Leave a Reply

Cancelar respuesta

© Copyright 2014. Theme by BloomPixel.